En julio pasado, Bill Gates y Warren Buffett realizaron un llamado para que, así como ellos, los hombres más ricos del mundo donen al menos la mitad de sus fortunas a organizaciones benéficas, ya sea en vida o luego de morir. Solo basta revisar la página givingpledge.org para darse cuenta que este pedido ha sido escuchado, hasta el momento 40 multimillonarios se han unido de forma explícita a esta causa.
Este acto de generosidad por parte de ellos se ve empañado porque aún hay muchos empresarios que solo lo ven como las obras de caridad como un trampolín para promocionar la imagen de su corporación. El Perú no es la excepción de esta falta de desprendimiento, por ejemplo tenemos la Teletón 2010 que tuvo poca participación del empresariado nacional y muy pocas compañías aportaron una cantidad de dinero considerable a esta causa. Si bien es cierto que las personas ricas del país y del mundo contribuyen muchísimo a mermar las terribles consecuencias de la pobreza (hambre, falta de educación, etc.), esta ayuda no es suficiente, por lo que es necesario que ellos tomen conciencia de lo importante que es para el desarrollo del país que todas las personas tengamos las mismas posibilidades.
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